Sabina negó todo menos su talento

Por Sergio Cheko Araya

Aunque lo niegue todo, Joaquín Sabina no pudo negar que el concierto que ofreció junto con su banda este siete de marzo en el Estadio Nacional fue de gran nivel.

Pasadas las siete y luego de una intro musical, los músicos entre los que destacan Antonio García de Diego y Pancho Varona subieron al escenario y, por supuesto, el último fue Sabina.

“Cuando era más Joven” y “Lo Niego Todo” fueron los temas elegidos para arrancar. Luego Joaquín saludó y advirtió que al tener nuevo disco iban a tocar varios temas de este y que los presentes no joderíamos pero que luego nos darían los que queríamos, o sea, sus éxitos.

Joaquín Sabina – Intro – Cuando era más Joven

“Quién Más Quién Menos”, “No tan Deprisa”, “Lágrimas de Mármol”, “Sin Pena ni Gloria” y la rockanrolera “Las noches de Domingo Acaban Mal”, con gran influencia Rolling Stones le dieron continuidad al recital. Antes de tocar sus clásicos tuvo “Donde habita el Olvido”, lo que aprovechó Joaquín para salir del escenario por unos momentos.

Joaquín Sabina – Las Noches de Domingo Acaban Mal

Previamente y tras algunos algunas bromas, Sabina introdujo a Mara, su corista quien tuvo a su cargo “Hace Tiempo que No”, después llegó la primera de esas que nos sabemos todos: “La del Pirata Cojo” en voz de Pancho Varona.

Le siguieron “La Canción de Magdalena”, el homenaje a Chavela Varga, “Por el Boulevar de los Sueños Rotos”, caracterizada en la tarima por Mara quien cantó junto al flaco de Úbeda.

“Y Sin Embargo”, “Peces de Ciudad”, “19 días y 500 Noches” motivaron a los seguidores del español, quien de nuevo salió de escena para dar paso a las voces de sus músicos…

Primero Antonio García cantó “A la Orilla de la Chimenea”, luego Jaime hizo lo propio con “Seis de la Mañana”. Tres clásicos: “Noches de boda”, “Y Nos Dieron las diez”, así como la versión rockera de “Princesa” condujeron al final del evento.

Pero, claro, no podían irse sin el zarpe… En la voz de Antonio escuchamos “Tan Joven y Tan Viejo”, “Contigo” y para cerrar de manera definitiva una muy gustada “Pastillas para no soñar”.

Eran las nueve y treinta y cinco. El público comenzó a salir y pudieron negar todo menos que quedaron satisfechos con el chivo.

Joaquín Sabina – Princesa